Hablar con David Moreno, líder Origen, es sumergirse en el territorio donde la selva y el mar se abrazan, es ver al Chocó en su sonrisa cálida y la pujanza de su gente.
David tiene la mezcla de dos culturas con alma inquebrantable e identidad fuerte. De raíces motilonas por el lado de su padre, y raíces chocoanas por el lado de su madre, aprendió a forjar su carácter. A los nueve años, ese niño que alguna vez corrió descalzo sobre el asfalto esquivando charcos como si fueran los obstáculos de la vida, enfrentó la pérdida de su padre por culpa de los grupos al margen de la ley. “Mi mamá nos sacó adelante a mi hermano y a mí. Ella hoy está estudiando porque siempre dijo que tener dos hijos no le iba a impedir tener una carrera profesional. Así que esa verraquera y el gusto por la educación la saqué de ella”.
Lo que significó para David crecer sin la figura de su padre y hacer parte de la estadística del 40% de las familias colombianas que crecen sin ese rol paternal (según cifras del DANE), se transformó en combustible para salir adelante.
Es así, como en uno de los lugares más olvidados por el Estado y con los índices de pobreza más altos, David ahora forma parte del 20% de la población chocoana que ha tenido acceso a la educación superior. Desde el bachillerato se propuso una meta clara: sacar el mejor ICFES posible. Se enfocó, estudió con disciplina y, al final, lo logró.
Tiempo después, su amor por los números y la administración lo llevó a estudiar un técnico en Recursos Humanos en el SENA. Con esfuerzo, tocó puertas y logró entrar a la Unidad de Víctimas como mensajero, donde poco a poco fue demostrando talento y disciplina. Con su primer sueldo, comenzó a ahorrar para ingresar a la Universidad. Su jefe, reconociendo su potencial, le pagó la inscripción y el primer semestre de administración de empresas.
Su sueño, el de viajar por el mundo, conocer otras realidades y trabajar por su comunidad chocoana, lo llevaron a obtener la beca Martin Luther King cuando cursaba segundo semestre de su carrera, y aunque le negaron la visa para viajar a los Estados Unidos, siguió formándose para obtener el idioma sin desistir de la meta.
Los frutos de una buena siembra
Hoy David habla inglés y portugués, presentó el TOEFL hace poco, y se está preparando para aplicar a la carrera diplomática, que está abriendo convocatorias en julio de este año.
Su compromiso con la educación y el desarrollo de su comunidad se ha reflejado en los proyectos que ha liderado. Por ejemplo, el proyecto Finanzas Comunitarias, una iniciativa que capacitó a jóvenes emprendedores en la gestión financiera y la formalización de sus negocios. Recorrió cada rincón del Chocó y enseñó a los jóvenes a manejar sus recursos; a abrir una cuenta bancaria y a acceder a mecanismos financieros y a créditos para el desarrollo empresarial y de emprendimientos. Así mismo, trabajó en la firma consultora Pointec, donde colaboró en un proyecto que apoya a pescadores de todo Colombia en la formalización de sus empresas y la valoración justa de su trabajo.
David con el ánimo de continuar sirviendo a su comunidad, lideró ‘Playlee’ un programa social colombiano cuyo nombre proviene de PLAYing and LEArning English, y que fue creado por la Fundación Youth Colombian Leaders (YCL), integrada por jóvenes embajadores, líderes colombianos y exbecarios de programas del Departamento de Estado de EE. UU. Desde su rol ha buscado hacer del inglés un aprendizaje accesible para niños en condiciones vulnerables y ha impactado a más de 400 jóvenes, muchos de los cuales hoy son docentes de esta lengua.
Actualmente, se desempeña como coordinador del proyecto ‘Jóvenes transformando territorios’ de ‘Somos CaPAZes’, un proceso de formación con jóvenes de Chocó, Cauca, Nariño y Valle del Cauca en liderazgo, derechos humanos, igualdad de género y manejo y resolución de conflictos.
Volver al Origen
David no ha parado de estudiar y no desea dejar de aprender. Es un curioso de la vida. Su paso por Origen se dio casi por casualidad, pero terminó siendo una de las conexiones más significativas en su camino. Una amiga lo invitó a un evento en Quibdó, sin imaginar que ese espacio se convertiría en un punto de inflexión en su historia. Allí, en medio de conversaciones sobre liderazgo y transformación, descubrió a Origen para continuar su formación en liderazgo.
Poco después, en plena pandemia, fue parte del programa de liderazgo realizado por Origen en alianza con Detonante. Este fue un momento clave para reafirmar su propósito: “Entendí que el liderazgo no solo es una meta personal, sino una herramienta para impulsar a otros”. Más adelante, su camino con Origen lo llevó a formar parte de la segunda cohorte del programa Liderazgo Transformador y Diversidad – LTD, en 2023, ya ser uno de los ‘1000 líderes por Colombia’. Allí, vivió una experiencia que desafió su manera de ver distintas realidades. “Origen añade- me enseñó que la diversidad no solo se mide por el color de la piel o el lugar de nacimiento, sino por la riqueza de pensamientos, ideas y maneras de entender la realidad”. Aprendió que cada historia suma, que cada voz aporta y que construir país es un ejercicio colectivo. Desde entonces, su compromiso con la transformación social tomó un nuevo significado: no solo quería abrir caminos, sino asegurarse de que más personas pudieran recorrerlos.