El pasado 27 de octubre, Heny Cuesta, directora y fundadora de Cimarrón Producciones y egresada del Programa Integral de Liderazgo (PIL) de Origen, se convirtió en la primera ganadora de la convocatoria del Fondo de Desarrollo Cinematográfico en la categoría largometraje para la equidad racial. Gracias a este estímulo, Heny le apuesta a convertirse en la primera mujer negra en Colombia en escribir y dirigir un largometraje.
El incentivo, otorgado por el FDC (Fondo de Desarrollo Cinematográfico), cubrirá costos que van desde la etapa de guión hasta la postproducción del documental. Heny será la guionista y directora y apoyará también en la producción junto con su casa productora.
“Sin el apoyo del FDC sería imposible llevar a cabo este proyecto”, aseguró la caleña, poniendo de relieve la importancia de este logro, pues cerca del 80% del proyecto queda cubierto con este incentivo.
Melancolía será un largo-documental que buscará retratar la fortaleza y la trascendencia de tres generaciones distintas de mujeres negras, quienes narrarán desde voces diferentes cómo viven sus dolores, cómo se reivindican a sí mismas y cómo las situaciones y las experiencias que atraviesan desembocan en una inequívoca sensación de melancolía.
Para la directora, esta no es únicamente la oportunidad de sacar adelante su proyecto, también significa una gran responsabilidad, pues de su labor de liderazgo depende, en buena medida, de que más espacios como este se abran y que las narrativas desde visiones étnicas diferentes empiecen a ser contempladas en la industria cinematográfica colombiana.
Cabe aclarar que para las comunidades étnicas en Colombia existen múltiples barreras a las que deben enfrentarse a la hora de entrar a la industria cinematográfica, entre las que se encuentran la falta de representación y las pocas posibilidades de profesionalización. Sin embargo, estos muros han hecho que las comunidades se apropien de estos espacios ausentes, llevándolas a hacer cine desde sus propias visiones de mundo y con sus propios medios.
Gracias a este incentivo y a la constante labor realizada por Heny Cuesta y su equipo de Cimarrón Producciones, la puerta para que nuevas generaciones de cineastas afrodescendientes empiecen a ocupar un espacio en la industria queda abierta.