Laura Sánchez nació en Bogotá, pero confiesa que su identidad es más amplia, más latinoamericana. Desde los 16 años se dejó seducir por el trabajo con comunidades vulnerables, así que ingresó a trabajar como voluntaria en la Fundación TECHO. Al cumplir 20 años de edad fue promovida y tuvo que radicarse en Chile, en donde el mundo que creía conocer se develó ante sus ojos de una forma inesperada.
Aunque el trabajo social corría por sus venas, decidió profesionalizarse en marketing cuando todavía vivía en Bogotá. No obstante, estando en Chile, asegura que tuvo “la experiencia de conocer de fondo las desigualdades y la realidad de todo el continente”, gracias al rol que desempeñaba en TECHO. Fue en ese momento en el que decidió conocer las problemáticas sociales por las que trabajaba a diario desde la academia, así que inició una maestría en Trabajo Social en la Pontificia Universidad Católica de Chile.
Para entonces, su entorno le puso sobre la mesa el feminismo; muchos amigos y amigas en su círculo más cercano se identificaban con este movimiento. Pese a que era un tema que despertaba su interés, lo consideraba algo lejano para sí misma. Sin embargo, por esas vueltas que da la vida, buscando conocer el abordaje académico de la pobreza en su maestría, se encontró con un tema transversal que cambiaría esa perspectiva: las brechas de género.
Un sí rotundo al feminismo
Cuando Laura inició su maestría, deseaba profundizar sus conocimientos en materia de pobreza y desigualdad, pero se encontró con un panorama bastante desalentador para las mujeres. “Cuando cursé una materia sobre género, me di cuenta de que este tema es mucho más transversal de lo que creía y estaba viendo. A partir de ahí, fue un escenario que no podía dejar de ver en todo lo que hacía”, explica Laura.
Con todos los cabos atados, esta joven mujer se declaró feminista y empezó a orientar su trabajo hacia la disminución de las brechas de género. Así, con todas las ganas de trabajar por las mujeres en situación de vulnerabilidad, Laura conoció a Laboratoria, una organización que se dedica a impulsar a las mujeres en el sector de la tecnología en América Latina.
El reto fue grande, como growth coordinator debía dirigir las acciones necesarias para que la compañía iniciara operaciones en Colombia. Además de encontrar una sede física, debía establecer alianzas y relacionamiento con diferentes entidades para iniciar con la primera cohorte de mujeres colombianas que empezarían a cambiar su futuro a través de su profesionalización en TIC.
Todo marchaba en orden, Laura estaba lista para regresar a Colombia y tenía un equipo consolidado para iniciar con este proyecto, pero los planes del destino eran otros. En marzo de 2020, Colombia y gran parte del mundo entró en confinamiento a causa de la pandemia de covid-19 y los planes que se venían adelantando cambiaron de rumbo.
De repente, nadie podía salir de su casa. Ese fue el reto más grande que esta joven líder tenía que sortear para no dejar caer la operación de la compañía que confío en ella para iniciar su proceso de expansión en Colombia.
El impacto de Origen en su liderazgo
Con la incertidumbre por delante, pero con muchas ganas de continuar su trabajo por las mujeres colombianas que buscaban una oportunidad de crecimiento profesional, Laura tomó la decisión de participar en el programa ‘Liderar y Crecer en Épocas de Cambio’ de Origen.
Al respecto, recuerda que esta oportunidad “llegó en un momento muy importante, estaba liderando la expansión de Laboratoria en Colombia en medio de una pandemia que a mí me había movido todo el piso y la base de todo lo que se supone iba a hacer”.
Añade que ante ese revolcón de la vida para el que nadie estaba preparado, sintió que era necesario replantear su estrategia: “Esos nuevos retos en mi liderazgo me pedían tomarme una pausa para pensarme a mí misma, quién era yo, qué tipo de liderazgo quería tener y qué me estaba exigiendo en ese momento el reto que estaba teniendo, fue entonces cuando me postulé. Hoy agradezco mucho a Origen porque me mostró un enfoque en el que la vulnerabilidad, la construcción colectiva y el entender el error como parte del proceso son la base”.
Con las baterías recargadas y con la claridad sobre el tipo de liderazgo que quería ejercer, Laura logró sacar adelante el proyecto y, gracias a su empeño, Laboratoria ofrece hoy sus programas de formación a las mujeres de Colombia y otros países de Latinoamérica, pues para amoldarse al nuevo escenario, decidieron adoptar un modelo virtual que permite una mayor participación.
El inicio de un nuevo reto
Con la satisfacción del deber cumplido, nuestra líder Origen inició un nuevo capítulo en su vida profesional. En la actualidad, se desempeña como bootcam manager, rol desde el cual se encarga, junto a su equipo de trabajo, de garantizar que las mujeres que no han tenido oportunidades ni espacios de desarrollo profesional de calidad y quieran aprender de UX y Web Developers lo puedan hacer a través de un programa intensivo.
Pero esto no es todo, también facilita escenarios de cooperación para conectarlas laboralmente y en la mayor brevedad. Así, no solo aporta al desarrollo integral de las mujeres que son elegidas para iniciar esta formación, sino que contribuye a reducir las brechas de género que existen en este sector, en el que solo 3 de cada 10 profesionales son mujeres.